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Hola, si es la primera vez que entras en mi blog, quiero comentarte que estamos contando una historia biográfica y por lo tanto, debes comenzar a leer por el artículo más antiguo. De lo contrario, la historia no tendrá sentido. Gracias por seguirnos.

miércoles, 25 de marzo de 2015

UNA REVISIÓN PERFECTA

Después de pasar unas navidades en casa, con la compañía de nuestros familiares,teníamos que volar  hasta Madrid para la revisión....

Era 17 de Enero. Nuestro vuelo salía al mediodía. No sabíamos que nos depararía esta aventura. Pero por si acaso, nos llevamos la maleta con provisiones para varios días. 

A Elena le gustaba volar. Ella observaba muy atentamente la explicación que hacía la azafata sobre el plan de actuación a seguir en caso de accidente. Tanto fue así, que con el tiempo y con tantos vuelos se la sabía toda. Incluso llego a imitarlas en varias ocasiones. Era tan graciosa, que las azafatas siempre se acercaban a saludarla. Y a darle algún regalo especial para ella. 

En unas horas llegamos a Madrid. Cuando entramos por la puerta de cirugía, nuestra planta, y las enfermeras vieron a Elena se quedaron sorprendidas. Ella estaba cambiada, algo más gordita y caminaba perfectamente dándole la mano. Nuestra niña se hacía mayor, pronto cumpliría dos añitos. En el habla no avanzaba, pero sus gestos expresaban todo lo que quería decir, que no importaba que abriera la boca. 
Después del gran recibimiento, nos instalaron en nuestra habitación con nuestro amiguito Javi. El pobre cada vez estaba peor. Su hígado empeoraba día a día. Su cara reflejaba sufrimiento, ¡qué pena me daba verle así! Además mi cabeza pensaba que mi niña podría llegar a estar en aquella situación si no llegaba el trasplante en su debido momento.

Elena no extrañó el ambiente, le dio alegría ver de nuevo a sus amigas. Pero a nosotros nos costó dejarla, y volver a nuestra casa madrileña, para descansar. Pero así lo hicimos, cuando Elena cayó rendida. Al día siguiente regresamos muy temprano para estar de nuevo con nuestra niña, mientras le realizaban diferentes pruebas. Querían comprobar cómo llevaba su adaptación a la nutrición parenteral domiciliaria.

Cuando empezaba a salir el sol,  nosotros ya estábamos de nuevo con ella. Primero le sacaron sangre para una analítica general. Y como siempre, saber el peso. ¡Pues a la báscula! Ya pesaba 6.850 kg, y medía 72 cm. En solo dos meses había crecido 2 cm y engordado 350 gr. Un record para ella.

Antes de seguir con más pruebas, un bañito relajante. Solamente con tres deditos de agua para no mojar el hickman. Le encantaba, era la niña pez. Feliz chapoteando con el agua.

Seguidamente llegó Marta, ella era la enfermera de nutrición. Y sacó la burbuja, así llamábamos a la máquina que te calcula las calorimetrías que gastas. Con el resultado valoran los aportes calóricos que necesitas para preparar tu parenteral. A Elena esta prueba la agobiaba, tenía que estar aproximadamente unos veinte minutos, metida dentro de una burbuja de plástico cubriéndole de la cabeza hasta medio cuerpo. Ella empezaba a sudar y a sentirse incómoda, pero no nos quedaba más remedio que realizarla. Yo intentaba calmarla, sin poder cogerla, cantándole o contándole cuentos para que se relajara. 
Al rato llegaron los doctores de nutrición para ver a Elena. La encontraron cambiada. Tuvieron que modificar las calorías de nuestra nutrición parenteral, porque Elena necesitaba más aportes calóricos. Y referente a las tomas de leche, también hicieron modificaciones, teníamos que subir lentamente, en varios días, la velocidad de la máquina a 25 cc/h.

La mañana fue intensa, llena de visitas y pruebas. Por la tarde nos dejaron salir  un ratito fuera del hospital. ¡Qué bien, a ver nuestro parque, La Vaguada...! Volver a recordar esos paseos tan emotivos que tuvimos en su momento. Había que abrigarse porque todavía las temperaturas eran algo bajas. Pero nosotros no teníamos problema, un buen gorro y una buena chaqueta y... a la calle.



Y a nuestra hora, como clavos, de regreso a nuestra suite. Cuando Elena se durmió, nosotros también nos marchamos a descansar. Porque al día siguiente continuaban las pruebas.

Por la mañana temprano , cuando entramos de nuevo en la habitación, Elena ya estaba despierta, esperándonos sentada, jugando tranquilamente dentro de su cunita. Y al rato, entró una visita, era el Dr. Esteban nuestro hepatólogo. ¡Qué alegría le entraba cuando veía a su Dr. favorito! El nos comentó que la analítica era muy parecida a la anterior. Su hígado estaba estable, y eso era muy importante. Pero  durante la mañana le realizarían una ecografía para averiguar más sobre su estado, el tamaño, el riego sanguíneo... Y así lo hicieron. 

Tan solo llevábamos dos días en el hospital, pero ya teníamos ganas de volver a casa. Teníamos que esperar a tener todos los resultados de las pruebas realizadas. Y mientras, jugábamos con nuestra niña en aquella pequeña habitación. Ella en su cunita y su padre y yo alrededor. 
El juego más divertido era colgarse como un mono en una barra que había en el techo del cuarto, y hacer equilibrios con su papá. Se podían pasar un buen rato jugando a eso tan simple. Elena se reía un montón con esta tontería.



A veces los niños se entretienen más con algo fuera de lo normal que con un juguete. 
Otra de sus preferencias era hacer de enfermera. Con un par de guantes, unas gasas y una jeringa se podía pasar horas entretenida.

Llegaron los resultados ¡Todo estaba correcto! Su hígado estable, pero bastante dañado, sus ojitos y su piel amarillenta lo reflejaban. Su nutrición fue modificada por los médicos. Ahora ya nos podíamos marchar a casa. Conseguimos un vuelo para después del mediodía, durante la parada de la parenteral. Nos prepararon una bolsa de parenteral con la nueva formula, y nos dieron los informes. 
Y cargados como siempre, maletas, máquina, nevera, medicinas... cogimos un taxi y fuimos al aeropuerto. Con destino a nuestra isla, Mallorca.

Teníamos que conseguir que nuestra niña siguiera con tan buena racha. Sin enemigos al frente... 

Nuestra próxima visita sería en dos meses, eso significaba que si todo iba viento en popa, Elena estaría en casa para su 2º cumpleaños. Y podríamos festejarlo a lo grande, como ella lo merecía.

Ya instalados en casa. Conectamos a nuestra niña su nueva formula. Le pusimos su pijama y ha cenar con nosotros en el salón. Esa noche cociné alitas, ella las quiso probar y le gustaron. Se puso las manos aceitosas, pero  disfrutó mucho comiéndoselas y nosotros de verla.

Hasta la próxima semana.











3 comentarios:

  1. Las revisiones...que nervios...algo necesario para la peque pero otra prueba de fuego para vosotros imagino.
    Te pedo hacer una pregunta, es increible como recuerdas los detalles..los apuntabas en un diario o algo o lo tienes todo recopilado en tu cabeza? Un beso y hasta la semana que viene.
    Inma

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  2. Hola, Inma.Yo al final de cada día cuando llegaba a casa, me ponia tranquilamente y escribía en un cuaderno todos los detalles que nos habían ocurrido ese día. Porque yo pretendía con eso que cuando mi niña fuese mayor pudiera leer su lucha por su vida. Cuando fallecio me quede con esa espinita clavada en el corazón y empecé a escribir su biografia con la intención de publicar un libro. Pero mis sentimientos me lo impidieron y lo deje aparcado. En esa epoca no había esta red social que me esta facilitando mi deseo. También me ayudo con sus fotografias y mis recuerdos, que con el tiempo se van perdiendo y no quiero que ocurra. Hacer el blog me ayuda a estar de nuevo con ella y recordar mis momentos maravillosos y a la vez duros que viví junto a ella. Si no recuerdo algún detalle lo pregunto a mis familiares, porque han pasado muchos años y la memoria te falla. Ahora ya conocéis mi secreto pero estoy muy orgullosa de haberlo hecho en su momento porque estoy cumpliendo mi sueño. Dar a conocer a Elena Pulido actualmente conocida como Blanquita como quiere que la llamemos Un bs y hasta el miércoles.

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  3. Hermoso me encanta y conmueve como lo describes

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