Y para la Nochevieja la otra parte de la familia, la de mi marido.
Como en Nochebuena nos había ido fenomenal la aventura de cenar en casa, los médicos decidieron darnos permiso de nuevo para marchar a casa y disfrutar de la cena de Nochevieja en familia, regresando al hospital muy temprano al día siguiente. Evidentemente nos fuimos con todas sus máquinas. Pero esta vez se quedaría a dormir con nosotros. ¡Que sorpresa nos llevamos todos cuando nos lo dijeron!. Elena iba a pasar su primera noche fuera del hospital y sería en Nochevieja, en nuestra casita madrileña.
El dia 31, durante el día, Elena salió a su paseo. Cuando regresamos le pusieron la nutrición parenteral y la vestimos para la ocasión. Mi suegra le había comprado un trajecito de terciopelo rojo, llevaba sus zapatitos de charol negros y un precioso abrigo de terciopelo azul marino. ¡Que guapa iba!
Antes de marcharnos a casa, nos despedimos de las enfermeras y nos hicimos nuestra última foto del año en el hospital.
Cuando entramos por aquella puerta, todos estaban muy emocionados y contentos. Sus rostros reflejaban una mezcla de alegría y nerviosismo. Estábamos todos juntos en esa noche mágica.
Todo estaba listo para la nueva entrada de año. Una mesa decorada con mucho cariño, una buena cena sobre ella y a su alrededor una familia que rebosaba felicidad.
Se acercaba la hora de las campanadas... todo estaba preparado. Doce uvas con solo un deseo, que Elena siguiera mejorando y que su intestino absorbiera los nutrientes necesarios para poder quitar esa parenteral. Y poder regresar a nuestro hogar en Mallorca.Tenía que producirse un milagro... pero por pedir que no quedase.
Escuchando de fondo el reloj de la Puerta del Sol en la televisión, empezaron a sonar las doce campanadas. Ella sentada en mi regazo, compartiendo las uvas conmigo y al otro lado su papá. Los tres juntos finalizando un año muy duro y recibiendo con ilusión el año nuevo.
Al finalizar, no podía faltar un brindis. Todos con las copas levantadas. Por nuestra niña, por su fuerza, por su valentía y por transmitirnos tanto amor.
"Ahora me doy cuenta, de lo feliz que era, estando en una situación tan complicada. Solo me tenía que preocupar de mi niña, de disfrutarla, de cuidarla, de mimarla y darle todo mi cariño. No tenía obligaciones de trabajo, de cuidar la casa, la compra... Solo tenía que dedicarme exclusivamente a ella."
Llegó la hora de descansar y Elena tenía que ir a dormir. Su minicuna estaba preparada en mi habitación. Con su amuleto a mano, la camisetita de lunares verdes.
Ella durmió plácidamente toda la noche, pero yo no pegué ojo. Me daba miedo que fallasen las máquinas o que tuviésemos algún problema con el hickman. Pero no hubo sobresaltos.
En cuanto empezó a amanecer, llegó el momento de regresar a nuestra otra casa, la planta de cirugía del hospital, donde nos esperaban para felicitarnos el Año Nuevo.
Como en Nochebuena nos había ido fenomenal la aventura de cenar en casa, los médicos decidieron darnos permiso de nuevo para marchar a casa y disfrutar de la cena de Nochevieja en familia, regresando al hospital muy temprano al día siguiente. Evidentemente nos fuimos con todas sus máquinas. Pero esta vez se quedaría a dormir con nosotros. ¡Que sorpresa nos llevamos todos cuando nos lo dijeron!. Elena iba a pasar su primera noche fuera del hospital y sería en Nochevieja, en nuestra casita madrileña.
El dia 31, durante el día, Elena salió a su paseo. Cuando regresamos le pusieron la nutrición parenteral y la vestimos para la ocasión. Mi suegra le había comprado un trajecito de terciopelo rojo, llevaba sus zapatitos de charol negros y un precioso abrigo de terciopelo azul marino. ¡Que guapa iba!
Antes de marcharnos a casa, nos despedimos de las enfermeras y nos hicimos nuestra última foto del año en el hospital.
Cuando entramos por aquella puerta, todos estaban muy emocionados y contentos. Sus rostros reflejaban una mezcla de alegría y nerviosismo. Estábamos todos juntos en esa noche mágica.
Todo estaba listo para la nueva entrada de año. Una mesa decorada con mucho cariño, una buena cena sobre ella y a su alrededor una familia que rebosaba felicidad.
Se acercaba la hora de las campanadas... todo estaba preparado. Doce uvas con solo un deseo, que Elena siguiera mejorando y que su intestino absorbiera los nutrientes necesarios para poder quitar esa parenteral. Y poder regresar a nuestro hogar en Mallorca.Tenía que producirse un milagro... pero por pedir que no quedase.
Escuchando de fondo el reloj de la Puerta del Sol en la televisión, empezaron a sonar las doce campanadas. Ella sentada en mi regazo, compartiendo las uvas conmigo y al otro lado su papá. Los tres juntos finalizando un año muy duro y recibiendo con ilusión el año nuevo.
Al finalizar, no podía faltar un brindis. Todos con las copas levantadas. Por nuestra niña, por su fuerza, por su valentía y por transmitirnos tanto amor.
"Ahora me doy cuenta, de lo feliz que era, estando en una situación tan complicada. Solo me tenía que preocupar de mi niña, de disfrutarla, de cuidarla, de mimarla y darle todo mi cariño. No tenía obligaciones de trabajo, de cuidar la casa, la compra... Solo tenía que dedicarme exclusivamente a ella."
Llegó la hora de descansar y Elena tenía que ir a dormir. Su minicuna estaba preparada en mi habitación. Con su amuleto a mano, la camisetita de lunares verdes.
Ella durmió plácidamente toda la noche, pero yo no pegué ojo. Me daba miedo que fallasen las máquinas o que tuviésemos algún problema con el hickman. Pero no hubo sobresaltos.
En cuanto empezó a amanecer, llegó el momento de regresar a nuestra otra casa, la planta de cirugía del hospital, donde nos esperaban para felicitarnos el Año Nuevo.
Pero en esas navidades las sorpresas no terminaron aquí, sobre todo para Elena. Llegó el día 5 de Enero y de repente se presentaron en la habitación del hospital los Reyes Magos a traerle su regalo. Casi se puso a llorar, al ver unas personas extrañas para ella con esos trajes tan despampanantes.
Luego nos marchamos a casa. Los Reyes también habían dejado varios paquetitos para Elena y su prima Eliamar.
Cuando abrimos la puerta, la casa estaba repleta de regalos. Las dos se volvieron locas abriéndolos. A Elena había que ayudarle, pero su primita se encargó de ello.
Eliamar tenía mucho cuidado con su prima. Siempre pendiente de ella. A pesar de contar con tan solo 6 años, fue una niña muy responsable con la enfermedad de Elena.
Luego nos marchamos a casa. Los Reyes también habían dejado varios paquetitos para Elena y su prima Eliamar.
Cuando abrimos la puerta, la casa estaba repleta de regalos. Las dos se volvieron locas abriéndolos. A Elena había que ayudarle, pero su primita se encargó de ello.
Eliamar tenía mucho cuidado con su prima. Siempre pendiente de ella. A pesar de contar con tan solo 6 años, fue una niña muy responsable con la enfermedad de Elena.
En el hospital la Paz, es habitual tener niños ingresados durante largos periodos de tiempo, y para motivarlos y que no pierdan la ilusión les organizan fiestas, obras de teatro, etc... además una vez a la semana les suelen visitar de la Fundación Teodora, conocidos como Doctores Sonrisa. Y que durante su visita se encargan de hacerles pasar un rato tan divertido que les hace olvidar sus problemas de salud.
En ocasiones también teníamos visitas de famosos y pasaban un rato con los niños. Imaginad la satisfacción que esto puede suponer.... Eso les motivaba y se sentían especiales.
Esas navidades nos vinieron a visitar los jugadores del Real Madrid.
Elena era muy pequeña, y no los conocía. Pero los demás niños, ¡Que contentos se pusieron! Sus ídolos estaban allí con ellos, abrazándolos, besándolos y fotografiándose con ellos. Se respiraba en "La Pajarera" un ambiente de emoción y alegría. Que fantástico que los famosos creasen la magia por unos momentos,
En ocasiones también teníamos visitas de famosos y pasaban un rato con los niños. Imaginad la satisfacción que esto puede suponer.... Eso les motivaba y se sentían especiales.
Esas navidades nos vinieron a visitar los jugadores del Real Madrid.
Elena era muy pequeña, y no los conocía. Pero los demás niños, ¡Que contentos se pusieron! Sus ídolos estaban allí con ellos, abrazándolos, besándolos y fotografiándose con ellos. Se respiraba en "La Pajarera" un ambiente de emoción y alegría. Que fantástico que los famosos creasen la magia por unos momentos,
La llegada de mi abuela, un gran regalo de Papa Noel. Nochevieja y entrada de año en casa con nosotros y por último la presencia del rey Baltasar.
Fueron unas Navidades diferentes para toda la familia.
Os esperamos la próxima semana.
Soy Inma, me alegra la vuelta del blog despues de las fiestas....su primer fin de año en casa, sus Reyes. Unos recuerdos entrañables!! Las fotos con los jugadores del Madrid buenisimas, su carita con Sucker jajajaj. Un saludo
ResponderEliminarGracias Inma, por estar ahí todas las semanas. un saludo.
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