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Hola, si es la primera vez que entras en mi blog, quiero comentarte que estamos contando una historia biográfica y por lo tanto, debes comenzar a leer por el artículo más antiguo. De lo contrario, la historia no tendrá sentido. Gracias por seguirnos.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

MI PRIMER DIENTE

Estábamos a principios de noviembre. Y Elena no se iba a perder la tradición del día de todos los Santos. desde Mallorca, le trajeron su primer rosario.
















Era su cumplemes, ocho meses. Parecía mentira, sin tener una alimentación adecuada y teniendo un retraso en su crecimiento, Elena era una niña que dentro de sus limitaciones hacía las cosas normales que hace cualquier otro niño de su misma edad.

Ya se mantenía sentadita jugando con sus juguetes, entendía cuando le pedías alguno de ellos. Le encantaba llamar la  atención para que le hicieran caso.  Cada día que pasaba ella estaba más fuerte y con más ganas de luchar, tenía una misión que cumplir,



Ese día, pedimos permiso a la supervisora, para ponerle sus primeros pendientes. Su tita Maite una de las enfermeras más maravillosas que he conocido fue quien se los puso. ¡Qué guapa estaba! Maite, nos ayudo muchísimo, con su apoyo y comprensión. Quería muchísimo a Elena y no solo ella sino todo el personal de cirugía.

Toda la planta de cirugía nos acogieron como si fuésemos familia de cada uno de ellos. Elena era como la niña de todos, se hacía querer por lo simpática y cariñosa que era. Fue una niña muy querida, no solo por su familia, sino por todo el mundo que la conocía.

Quiero agradecerles públicamente todo lo que hicieron por nosotros, fueron un grandísimo apoyo en esta larga enfermedad.
Por eso quiero ponerles caras a algunas de tantas enfermeras que hicieron posible que todo fuese más llevadero. No tengo palabras de agradecimiento por lo bien que se portaron con nosotros. En la actualidad tengo contacto con ellas varias veces al año, las llamo por teléfono y no les falta nunca mi postal de navidad con la foto de mis niños. Para mí son parte de mi familia y nunca olvidaré lo bien que nos atendieron.

Como jefa, la supervisora, Araceli. Siempre dispuesta a que tuviéramos una estancia más cómoda dentro del hospital.

Como auxiliares:
Paquita, le daba todos los caprichos a Elena. Y cuando podía la paseaba por todo el hospital.
Los achuchones y los besos de Mati, alegraban a nuestra niña. ¡Como se reía con Mati!
Toñi Cardador, la dejaba jugar con el agua durante el baño. ¡Como disfrutaba Elena de ese chapoteo!
También estaban: Berta, Charo, Esther, Asun, Lola. Carmen, Mª Jesús, Mª José...

Como enfermeras tengo que nombrar:
Maite, su tita preferida. El amor era mutuo. Nos ayudo mucho, con sus explicaciones, a entender y comprender la enfermedad de nuestra niña.
Toñi Jiménez, quien le enseñaba canciones a Elena. Y a ella le encantaban. Una persona comprensiva y humana.
Elisa, una persona seria pero muy cariñosa y amable con nosotros. Jugaba con Elena a esconderle el chupete.
Ana Carmen y Sara, con quienes tuvimos una gran amistad fuera del hospital.
Berna, una gran enfermera que nos dió muy buenos consejos,
Mari Angeles, con ella nuestra niña se quedaba muy a gusto. En los turnos de noche le cantaba y se quedaba con ella hasta que se dormía.
Y otras como Inés, Montse, Irene y Carmen.

Para Elena todas ellas eran sus titas. Ella no hablaba, pero con gestos sabíamos a quien de ellas se refería.

Cómo se puede recibir tanto cariño de unas personas desconocidas.
Cuando hablo de ellas me emociono muchísimo, hay veces que las echo de menos. Tanto es así que en algunos momentos no me importaría volver al pasado. Fueron unos momentos muy duros, aunque en mis relatos no lo parezcan. Mis malos momentos vividos en aquella época se han ido olvidando con el tiempo y a penas los recuerdo. Te quedan los buenos que son los que no te duelen y te dan alegría. Pero me da miedo olvidar, no recordar y borrar el pasado. Porque si lo hago es volver a perder a mi hija y no quiero pasar de nuevo por eso.



















Era día 25 de noviembre, fue un día muy emotivo, mi niña tomo su primer biberón de leche vía oral. Al principio no le gusto porque eran leches especiales y tienen un sabor desagradable, no como las normales, pero Paquita, le puso un trocito de sacarina.
Ahora ya estaba más dulce y ¡vaya, todo el bibi de 10 cc se tomó! Ahora teníamos que ver la reacción que tendría su intestino al meterle de golpe tanta cantidad. Ella se alimentaba con leche pero muy despacito con una máquina.

A partir de ahora, cada día intentaríamos que Elena tomará un biberón por vía oral, para estimularle la sensación de comer. 




Nos estaba costando un poco esas tomas, le daban arcadas. Pero teníamos que seguir y empezamos a darle la leche con jeringuilla. Así iba mejor.

Ya estabamos en 20 cc/hora de leche y  4 horas parada la máquina de parenteral.

Con el frio, los paseos por el parque se tuvieron que suspender. No nos podíamos arriesgar a resfriarnos.  Decidimos que como teníamos más tiempo, podíamos marcharnos a nuestra casita, evidentemente  a la de Madrid. Allí pasabamos la tarde calentitos y  Elena podía disfrutar de  otro ambiente diferente al hospital. Nos trajimos de Mallorca su minicuna, así ella podía dormir la siesta en su cunita. Tenía otra vez que adaptarse a ese nuevo lugar. Cuando vió la televisión, se quedó muy sorprendida. Le gustó, sobre todo los dibujos. Se quedaba embobada mirándola y riéndose.




Le compramos un andador. Así ella tenía más libertad para moverse por la casa. Le tuve que hacer un invento para que la máquina de la leche estuviera enganchada al andador. ¡ Como le gustaba sentirse libre !

Así sus piernecitas hacían ejercicio y se reforzaban.




Estábamos a 27 de noviembre, era un día para festejar, le salió su primer diente en la parte de abajo. ¡Que graciosa estaba, con su dientecito de ratón!










2 comentarios:

  1. Hola soy Inma, como siempre tu historia contada desde el corazon me emociona. Tantos meses en el hospital...debe ser como vivir una pesadilla sin final..Mirarle la carita para poder seguir adelante, sacar fuerzas por tu niña. Aunque viendo que de gente os apoyaba imagino que os sentiriais mas confortados. Un beso!!

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  2. Hola, Inma. Cuanta razón tienes. A parte del apoyo incondicional de la familia estabamos muy arropados por el personal de la Paz. Desde la señora de la limpieza , Carmen, hasta el jefe de cirujanos, Dr. Tovar. Gracias por estar ahí todas las semanas. Un beso !!!

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