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Hola, si es la primera vez que entras en mi blog, quiero comentarte que estamos contando una historia biográfica y por lo tanto, debes comenzar a leer por el artículo más antiguo. De lo contrario, la historia no tendrá sentido. Gracias por seguirnos.

miércoles, 22 de octubre de 2014

UN CAMBIO RADICAL



Supongo que os imagináis que decisión tomamos.



Era 27 de mayo de 1998  Elena fue trasladada en avioneta U.C.I al Hospital “La Paz”. Juanjo, mi suegra y yo íbamos en avión.
Cuando llegamos allí, todo era diferente. Estaba en una planta normal, no en la U.C.I. como en Palma. Nos pusieron en una habitación compartida con 5 bebés más. En la que puedes estar casi todo el día con ellos, desde las 10 de la mañana hasta aproximadamente las 8 de la tarde. Solo podían permanecer en la habitación dos personas, entonces tendríamos que hacer turnos. Eso significaba que podía estar con mi hija todo el tiempo que yo quisiera, pero sin quedarme a dormir, eso era lo más de lo más. Y además no estaba en una incubadora en la que apenas la podía tocar, ahora estaba en una cunita y la podía acariciar y coger todo lo que quisiera. Para nosotros fue una alegría muy grande.
                                                               



Una de sus primeras fotos en el hospital de “La Paz” en Madrid. 

En la unidad de cirugía pediátrica, donde nos atendieron siempre de maravilla.

Estábamos en una ciudad desconocida para nosotros, sin saber por donde movernos. Alquilamos una casa en el Barrio de Hortaleza, y dejamos por completo nuestra  vida en Mallorca. Cerramos mi tienda, mi marido llevaba casi a la distancia su negocio, mi suegra estaba más tiempo en Madrid que en Mallorca y el resto de la familia se volcó por completo con nosotros, viniendo a visitarnos cuando podían, que era bastante a menudo. Empezábamos una lucha muy dura y larga pero ahí estábamos todos al pie de cañón. Toda su familia, tanto en la cercanía como en la lejanía.

Elena desde dónde esté os va a presentar a su familia y yo les voy a dar el agradecimiento merecido.


Mi abuela, que  ya no está entre nosotros.
Tengo que agradecerle que pese a las limitaciones propias de su edad, viajó hasta Madrid para conocer a su bisnieta. 
Y pedirle perdón por no poder estar con ella en sus últimos días.




 
Mi suegra, a quien tengo que agradecer  muchísimo lo que hizo por mí. Dejó totalmente su vida en Mallorca para estar conmigo de lunes a viernes, e incluso pasar largas temporadas sin dejar Madrid.
                                                      

Mi madre, que por motivos de trabajo tenía complicado estar con nosotros tan a menudo. Quiero darle las gracias por ayudarme desde la distancia, sus llamadas telefónicas me daban fuerzas y ánimos. 
        
Mi padre, una persona muy débil, en este aspecto, que nunca aceptó la enfermedad de su nieta. Le agradezco el esfuerzo que hacía al venir a verla a Madrid, porque lo pasaba muy mal. Él no comprendía el porqué a un bebe le podía pasar esto.                                                   



Mi única cuñada, que se portó como una hermana para mí.
Acompañaba a su hermano diariamente a los informes médicos cuando estabamos en Mallorca, un día a día muy duro. Le agradeceré siempre ese gesto de no dejar nunca solo a su hermano, mi marido.


Eliamar, la prima mayor de Elena. Que fue una niña ejemplar, se adaptó al cambio  tan brusco que tuvo que dar su entorno familiar. Gracias por los buenos momentos que le hiciste pasar a tu prima.     Ellas venían a visitarnos cada quince días. A mí me alegraba muchísimo, porque para mí Eliamar era como una hija y no quería que ese cariño se perdiera por la distancia. 


Mis hermanas, muy jovencitas en ese momento.  Pero pese a la distancia ahí estuvieron,
visitándonos cuando podían.
Les agradezco el apoyo diario que les dieron a mis padres  y también los buenos momentos que le hicieron pasar a Elena, porque tenía pasión por ellas.


 Mi cuñado, que debido a las circunstancias apenas podía ejercer de padrino.  Pero cuando podía ahí estaba.
Le agradezco el apoyo que le dio a mi hermana.





Y por último, y para mí el más importante. Mi marido. Pese a la distancia nuestra relación no se vio afectada..


Le agradezco el estar conmigo siempre, ya fuese en Mallorca o en Madrid. En animarme en los momentos difíciles, en apoyarme en las decisiones, en quererme tal como soy, en coger las riendas cuando yo estaba decaida, en tantas, tantas cosas... gracias.


Os he presentado parte de nuestra familia, pero durante nuestra estancia en Madrid tuvimos más visitas de otros familiares, ya os los iré presentando.

Nos vemos la próxima semana,


4 comentarios:

  1. Esta niña es un ángel que vino del cielo para quedarse en cada uno de nuestros corazones. �� �� ��

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  2. Eso es verdad, y además nos ayudó a aprender cuales son los verdaderos valores de la vida.

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  3. que bonita por dios, es un angel, una luchadora y vosotros unos valientes, ahora que injusto que una niña asi tenga que pasar por todo eso, muy injusto

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    1. Si que fue injusto. Yo pienso que a veces las personas nacemos para cumplir una misión en la tierra y cuando la terminamos nos marchamos de ella. Unos antes y otros más tarde, pero todo llega a su fin.

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