EL DÍA QUE CONOCÍ A MI HIJA

Después de una noche muy intensa, que os contaba en el capitulo anterior, seguimos  con mi historia.

Los médicos no se esperaban que sobreviviera, no apostaban nada por ella.  Pero ellos no sabían a quién estaban tratando, una niña con muchas ganas de vivir, una misión que cumplir y una familia que le daría toda su energía para seguir adelante.

 Juanjo, en compañía de algún familiar, iba a visitar a nuestra pequeña. Mientras yo seguía ingresada en la clinica Rotger.

 Al cabo de  dos días me dieron el alta hospitalaria. Con la condición que hiciera reposo, ya que, me habían puesto muchísimos puntos.

 Estaba muy ansiosa. No aguantaba la distancia con mi pequeña, a la cual aún no conocía.

 Era domingo, no sería un domingo cualquiera, hoy podría ponerle cara a mi niña.

 Entramos Juanjo y yo en la UCI y allí estaba, dentro de una incubadora, desnudita, solo con un pañal, rodeada de cables y máquinas. La emoción pudo conmigo, me puse a llorar, me impresionó tanto verla de esa manera que no pude contenerme. Era una sensación entre alegría y pena.

 Los médicos nos explicaron que esta primera intervención había sido para saber exactamente qué le ocurría y salvarle la vida. Pero  tenían que hacer una segunda intervención con más calma.

 El día 21 de Marzo sobre las 11h, entraba de nuevo al quirófano. En esta ocasión, la familia al completo esperaba en la sala de espera, con muchos nervios.

 A las dos horas, salió uno de los cirujanos. Nos informó que la niña tenía muy poca esperanza de vida. Nos dijo que le habían dejado tan solo 6 centímetros de intestino delgado y que con eso no podría vivir. La operación no había finalizado, pero nos vino a poner sobre aviso. Todo el mundo se vino abajo. Me dio un ataque de nervios. Me tuve que marchar a casa de mi madre, no podía soportar tanto dolor.

  Sobre las 14h, se abrió de nuevo una esperanza. Recibí la llamada de Juanjo, la operación había finalizado.  El cirujano se había equivocado, eran 60 centímetros de intestino y entonces la situación cambiaba. Le habían cortado 1/3  del intestino delgado y ½  del grueso.

 A las pocas horas de la intervención entramos a verla, estaba plácidamente dormidita. 
Iban pasando los días y se iba recuperando muy bien. No había movimiento intestinal, pero sí unas elevadas retenciones gástricas. Eso era mala señal. Le iban a dar un poco más de tiempo para  ver si por si solo se ponía todo en funcionamiento.

 Mientras esperábamos el paso de los días, íbamos a visitarla. Nos dieron permiso para hacerle fotos, así nuestra familia la podría conocer. El 5 de abril, que ya tenía 25 días de vida, tuvimos nuestro primer contacto con ella, eso fue tan emocionante.... Poder cogerla por primera vez, achucharla, darle el primer besito. Fue tan gratificante para su padre y para mí...
No sabíamos cómo cogerla tan pequeñita y con tantos cables. Pero nos teníamos que acostumbra porque durante un largo periodo de tiempo tendría que vivir conectada a unas máquinas. 

Aquí os presento a nuestra niña, Elena Pulido.

Esta foto fue tomada en el Hospital de Son Dureta, en Palma de Mallorca, dentro de la U.C.I de pedriatría

Os espero en mi próximo capitulo, donde tuvimos  que tomar una decisión muy importante.