Se acercaba el 12 de Marzo, una fecha especial para todos. Era el segundo cumpleaños de nuestra niña. ¡Como había pasado el tiempo! Pero esta vez estábamos en casa y... teníamos que celebrarlo, como ella se lo merecía, con una gran fiesta.
Durante varios días estuvimos con los preparativos. Comprando, organizando y cocinando.
La fiesta se celebró en nuestra casa, en el jardín. Cada uno de la familia aportó su granito de arena.
Estaba amaneciendo.... empezaba el día esperado por todos, una gran fiesta de bienvenida, para un ángel entre nosotros. Una luchadora en la Tierra que nos demostró el amor eterno.
Elena estaba lista para recibir a más de cien invitados. Ese día la desconecté de sus dos máquinas, para que estuviese sin cables. Libre de su mochila. Ella estaba algo nerviosa e intranquila. No sabía ni entendía todo lo que veía a su alrededor.
Con un gran cartel de bienvenidos a mi fiesta, recibimos a nuestros familiares, amigos, vecinos....
Sobre las 12 h, empezó a sonar el timbre y llegaron...
Su abuela Laly y Biel, iban cargados de apetitosas tortillas, frito mallorquín...
Al momento, entraban por la puerta su abuela María y su abuelo Paco, también cargados con una olla de pica pica, unas bandejas de coca de trampó...
Su madrina llegó con una enorme ensaladilla, huevos rellenos...
Poco a poco, la mesa del buffet que estaba colocada en un rincón del jardín se iba llenando... de dulces y salados, comida caliente y fría. Un sin fin de platos diferentes a elegir.
El jardín todo adornado de globos hinchados con helio, formando arcos de colores. Con carteles de "Feliz Cumpleaños Elena" pegados en las paredes. Y todo decorado de Winnie de Pooh, el personaje elegido por Elena.
Mi niña estaba sorprendida. cada vez que sonaba el timbre... llegaba gente extraña para ella. Apenas conocía a los invitados. Pero cuando le entregaban su regalo de cumpleaños se ponía muy contenta. pero a la vez tímida y retraída.
Todos la querían besar y abrazar, era normal. Pero ella estaba algo asustada solo quería estar con sus familiares más cercanos.
Después de recibir a los invitados. Salimos al jardín. Allí estaban todos degustando nuestros platos preparados para una ocasión tan especial. Con música de fondo para animar la fiesta, aunque apenas se escuchaba por el murmullo de la gente hablando unos con los otros. Los niños jugando y bailando. Y Elena observando a su alrededor.
A media tarde, después de comer el postre, llegó una sorpresa para nuestra niña y todos los niños de la fiesta. Apareció en el jardín el mago Flick y Piruleta (su ayudanta) unos payasos que vinieron a entretener a niños y mayores.
Mientras ellos preparaban su espectáculo, nosotros colocábamos sillas para estar listos para el divertido show de mágia.
Varios niños fueron partícipes del espectáculo. Nos divertimos, reímos y cantamos. ¡Nos los pasamos bomba!
Después de más de una hora de entretenimiento, Piruleta maquilló a los niños. A Elena le pintó una luna en su mejilla derecha y un corazón en la izquierda. ¡Qué bonita estaba!
Y a continuación sacamos el regalo que le hizo a Elena su tita Bea. Una tarta en forma de libro decorada de Winnie de Pooh.
Con todos los niños alrededor y Elena como protagonista, cantamos todos juntos "Cumpleaños Feliz". Mi niña sopló su velita rodeada de tanto amor y felicidad, solo faltaba estar con nosotros un pedacito del Hospital La Paz que aunque no estuvieron presentes los llevábamos en nuestro corazón.
Empezaba a oscurecer, el sol se escondía detrás de las montañas. La fiesta llegaba a su fin... Los invitados se iban despidiendo, con grandes abrazos y besos. Fue un día tan especial y mágico. Con tantas emociones y sentimientos. Que no quería volver a la realidad, conectar a mi niña a sus máquinas y seguir esperando esa llamada. En esas horas tan maravillosas todos olvidamos por completo la situación que tenía nuestra niña. Creamos entre todos un día de cuento, donde todo se convirtió en fantasía.
Apenas quedaba un rayito de sol, cuando solo quedaban los invitados más allegados. Y se nos ocurrió una idea: desatamos los globos de la pared y los atamos todos juntos formando una tira larguísima. Elena y Eliamar los cogieron de un extremo y contando a la de tres los soltaron. Los globos que estaban hinchados con helio volaron alto, alto... hasta que desaparecieron en la oscuridad de la noche.
Había terminado la fiesta y Elena estaba agotada. Le puse su pijama y la conecté a sus máquinas. Sus ojitos apenas se mantenían abiertos, fue colocarla en su cunita abrazó su amuleto y se quedó dormida...
¡Hasta la próxima semana!
Que increible...parecia que no iba a superar ni la primera semana y ahi estaba la princesa en su segundo cumple. Que puedo decir..que me encanta tu blog y que me encanta Elena!!!!
ResponderEliminarBesos
Inma
Muchas gracias Inma. Luchadora hasta el final y nosotros con ella. un bs
Eliminar