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Hola, si es la primera vez que entras en mi blog, quiero comentarte que estamos contando una historia biográfica y por lo tanto, debes comenzar a leer por el artículo más antiguo. De lo contrario, la historia no tendrá sentido. Gracias por seguirnos.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

DÍA DE BAUTIZO Y COMUNIÓN

Llegó el día clave... 29 de Abril a las 12 de la mañana salía el barco destino a Valencia. Elena, Juanjo y yo rumbo al fin de semana de eventos. Bautizo, Comunión y Boda... tenía que salir todo perfecto. Pero la incógnita era la revisión en Madrid.

Nuestra pequeña estaba alucinada dentro del barco. Ella nunca había viajado en uno de ellos, siempre que salíamos de la isla era en avión y en varias ocasiones en avioneta por circunstancias médicas.
Con nosotros viajaron sus amiguitos los dálmatas, siempre inseparable de ellos. Íbamos acomodados en un camarote para poder estar más cómodos ya que el trayecto es entre 7 o 8 horas. 


Cuando zarpó el barco estuvimos contemplando la vista tan bonita de la isla desde el medio del mar. Su catedral, la costa... ¡qué maravilla! A Elena le encantó. 
Dentro del camarote jugamos, reímos y descansamos. El camino se hizo un poco eterno por la emoción de llegar a Andújar. Aunque nos quedaba un largo recorrido y una pequeña parada en el hospital.

Al llegar a Valencia, partimos con destino a Madrid... casi 4 horas de carretera. Ya era casi de noche, ¡qué camino más largo!, después de tanto barco luego coche. ¡Eso es lo malo de vivir en una isla!
Nos fuimos a nuestra mini casita madrileña, para descansar y estar muy temprano en el hospital para la revisión de Elena.

Los médicos ya estaban informados de nuestro gran fin de semana de fiesta. Al llegar allí a la mañana siguiente le hicieron las pruebas oportunas y tuvimos que esperar los resultados. Elena en esos momentos se encontraba bien, aunque la semana anterior había estado ingresada en Son Dureta. 
Mientras esperábamos los resultados, fuimos a visitar a nuestras amigas las enfermeras y luego a comer en el bar que esta justo delante del hospital. 
Las pruebas estaban perfectas y nos dieron el visto bueno. Otro permiso de dos meses si todo iba bien no teníamos que regresar hasta el 30 de junio. ¡Qué maravilla!

Nos despedimos de todos y con nuestro coche cogimos rumbo para Andújar... otras 4 horas de carretera. Partimos sobre las 4 de la tarde, como era de día, podíamos contemplar el hermoso paisaje, durante todo el trayecto íbamos escuchando música. El problema era que siempre eran las mismas canciones, las favoritas de nuestra niña, Ave María de David Bisbal, Sarandonga de Rosario Flores y Celebration de Rosa. ¡Al final las llegué a odiar! Cuando terminaban... otra vez al principio, le encantaban se sabía completa toda la letra. 
Pero tuvimos un pequeño contratiempo... nos equivocamos de carretera y tardamos casi dos horas más de lo previsto. Menos mal que pudimos avisar a nuestros familiares andujeños que ya estaban preocupados. 
Nuestra llegada fue casi a las doce de la noche, muertos de hambre y cansados de estar sentados en el coche. Pero nuestros titos Loly y Joaquín y sus hijos nos recibieron ya impacientes con la cena preparada en la mesa. 
Ellos tienen una gran casa de campo, allí se llama Viña, a las afueras del pueblo en la misma carretera que llega al Santuario de la Virgen de la Cabeza. Íbamos a estar alojados todos durante nuestras vacaciones. Aquello parecía un hostal, llegamos a dormir allí catorce personas. Había camas, ropa, maletas por todo. ¡Pero que emocionante fue estar todos unidos en unos días tan especiales!
Mi suegra, mi cuñada, mi cuñado Juan y mi sobrina Eliamar llegaban al día siguiente en avión a Granada y luego coche hasta Andújar... ya era 1 de Mayo.
Cuando llegaron ellos aprovechamos para visitar el pueblo y al resto de familiares.  

Mis padres, mis hermanas y mi cuñado Diego llegaron también ese mismo día pero a Sevilla y se quedaron a conocer la ciudad. 
Porque al día siguiente nos reuníamos con ellos en Isla Mágica. 
Pasamos un día super divertido. Nos montamos en un montón de atracciones. Elena y Eliamar se lo pasaron pipa, y los adultos también. 


Al finalizar el día, cogimos todos juntos carretera para Andújar. Con destino a la gran Viña. Estábamos todos súper cansados, y al día siguiente nos esperaba uno de los momentos más esperados.

Era 3 de Mayo... y sonó el despertador. 


Éramos catorce personas para desayunar y arreglarnos para el Bautizo de Elena y la Comunión de Eliamar. ¡Qué caos! y a la vez que divertido. 
Las protagonistas estaban nerviosas. ¡Qué bonitas iban las dos!
Eliamar parecía una novia, ¡qué mayor estaba! Mi pequeña con su vestido crema y su sombrerito, parecía una princesita. 
Las dos primas iban guapísimas.
¡Quien iba a imaginar que así de hermosa partiría hacía el...! Era el traje perfecto para su despedida en la Tierra y que la recibieran en el cielo. Un vestido acorde para estos dos acontecimientos. 

No quiero pensar en momentos tristes, que ya llegará ese capítulo...

Contratamos un fotógrafo para inmortalizar ese día tan especial para nuestras niñas y para nosotros. 
En el jardín aprovechamos para hacer unas lindas fotos.


Y luego partimos hacia el Santuario. 
El párroco hizo una misa muy especial, con palabras muy emotivas hacía nuestra gran luchadora. La emoción estaba presente y sin poderlo evitar saltaron las lágrimas.
Elena no paraba de moverse, de un banco al otro, con su prima, con su madrina, conmigo... para ella era aburrido estar una hora dentro de la iglesia.



¡Cuánto nos reímos, cuando le echaron el agua bendecida en la cabeza de Elena! 


Al terminar la misa, nos quedaba un ritual típico de Andújar. Fuera del Santuario hay una gran cueva donde durante la guerra se escondían los militares. Allí la gente pide sus deseos dejando una vela o si se cumple la petición que le has hecho a la Virgen dejas en la cueva algo relacionado con el pequeño milagro. 
Nosotros teníamos que seguir esa tradición. Mi suegra le había regalado a Elena un traje blanco de sevillana el cual tenía que llevar para su bautizo pero cuando llegó la ocasión ya le venía pequeño y fue lo que dejamos de ofrenda a la Virgen junto con una foto de nuestra pequeña y otra de Eliamar. Elena había burlado a la muerte en varias ocasiones.



La verdad es que aquella cueva me impacto tanto... había prótesis, escayolas, vestidos de novia, fotos, ropita de bebé y casi todo el techo lleno de cigarrillos. 
Le pedí a la Virgen que la cuidase y la protegiese... ¿Pero que pasó? Durante mucho tiempo he pensado que se la entregué, que le dí la opción de arrebatármela y que al final no me escuchó. Que el cielo la quería y por mucho que luchásemos iba a ser su destino. Ni la Virgen de Lourdes, ni el Cristo de la Sangre, ni la Virgen de Lluc y tampoco la Virgen de la Cabeza pudieron ayudarnos. 
Te enseñan de pequeño que tienes que creer en alguien milagroso pero así como vas creciendo y la vida te va dando duras batallas piensas que si de verdad existiera no dejaría que ocurrieran ciertas cosas. 
No es justo que algunos padres pierdan a su hijo, por ley de vida tiene que ser al revés. Las guerras, la pobreza, las enfermedades... ¿Para que nacemos, crecemos y luchamos durante nuestra vida? Si al final nos vamos a morir. Por eso he llegado a la conclusión que tiene que ser mejor la nueva etapa que nos espera después. Por eso no le temo a la muerte, creo que me encontraré de nuevo con mi pequeña, mi abuela, mis tíos y podré conocer a mi suegro que no tuve esa ocasión . Pensando así me siento más libre, quizás es una escusa para intentar asimilar el sufrimiento que nos pone a prueba cada día la vida.

Elena estaba agotada, para ella fueron unos días muy ajetreados. Justo salir de la cueva cayó rendida en los brazos de su tata.

Pero al llegar al restaurante se despertó. 
Habían llegado de Mallorca, Vanessa y Eva, dos primas de Juanjo. Para pasar el día junto a nosotros y estar también en la boda de su prima Silvia.
Una gran mesa preparada para la ocasión. Fue una comida muy íntima y familiar.
De postre dos tartas: una con cigueña y la otra con la típica muñequita de comunión.

Después, Elena y Eliamar recibieron un montón de regalitos. ¡Estaban tan contentas! 

Y para terminar la velada champán para todos, juntos brindamos por el día tan maravilloso y emocionante que pasamos.


Con este gran brindis os dejo hasta la próxima semana, donde nos iremos de boda.






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